Hoy vamos a preparar unas ricas pastas (galletas) típicas de
la Comarca del Campo de Calatrava. Estas pastas son conocidas con el nombre de Pastafloras,
son muy populares y se suelen elaborar en Semana Santa. Para preparar la receta
se necesitan pocos ingredientes, siendo también corto el tiempo empleado para
su elaboración, pero con un resultado exquisito. El Campo de Calatrava es una
comarca natural e histórica de Castilla la Mancha. La historia de esta comarca
está relacionada con la Orden de Calatrava que tenía su sede en Almagro y su
fortaleza era el Castillo de Calatrava la Nueva. Los dulces típicos de esta
zona se mantienen con el tiempo, pasando las recetas de generación en generación.
Los dulces más típicos de la zona son las flores, pestiños, rosquillas
barquillos, enaceitados, rosca utrera, etc.
INGREDIENTES:
-
300 g Harina
-
125 g Manteca de cerdo
-
1 Huevo (yema y clara por separado)
-
50 g Azúcar
-
Zumo de ¼ limón
-
Azúcar (para espolvorear)
PREPARACIÓN:
Empezamos
nuestra receta poniendo en un bol los 125 g de manteca, con ayuda de un tenedor
batimos bien hasta que nos quede muy suave, como se suele decir en pomada.
Seguidamente añadimos al bol los 50 g. de azúcar
y la yema del huevo, reservando la clara para utilizarla más adelante, seguimos
batiendo bien, hasta incorporar los ingredientes.
A continuación, añadimos el zumo
de ¼ de limón, mezclamos un poquito y añadimos los 300 g de harina, seguimos
mezclando con ayuda del tenedor y cuando veamos que no podemos seguimos
amasando con las manos bien limpias, hasta que veamos que la harina se ha mezclado
perfectamente con el resto de ingredientes, veremos que se nos ha formado una
masa que parece que se rompe. Tapamos la masa con un paño, dejando reposar unos
30 minutos, cuando veamos que faltan 10 minutos de reposo, encendemos el horno
por arriba y por abajo a 190º, para que se vaya precalentando.
Seguidamente espolvoreamos
un pelín de harina (muy poco) en nuestra mesa de trabajo, y con ayuda de un
rodillo estiramos la masa, dejándola aproximadamente con un grosor de medio centímetro.
Con ayuda de un molde o un vaso vamos cortando nuestras galletas, quitamos los
bordes de masa sobrante, volvemos a estirar y cortamos de nuevo más galletas.
Acto
seguido forramos una bandeja de horno con papel sulfurizado (papel de hornear)
y vamos depositando en ella nuestras galletas. A continuación, batimos la clara
de huevo que teníamos reservada y con ayuda de una brocha de silicona las
pintamos.
Una vez pintadas les espolvoreamos generosamente un poco de azúcar
por toda la superficie. Metemos en el horno que ya estará precalentado a 190º,
durante aproximadamente unos 20 o 25 minutos, esto de pende de cada horno y del
grosor que le hayamos dado a nuestras galletas, De todas formas, estamos
pendientes y cuando veamos que se han dorado un poquito las sacamos del horno.
Dejamos enfriar y las tenemos listas para degustar, las podemos conservar en
una lata o bolsa, hay que tener cuidado de no golpearlas, para que no se deshagan.